Se presenta en este trabajo el resultado de una colaboración entre varias universidades Hispanoamericanas, así como el Instituto Caro y Cuervo, que ha supuesto un estudio que trataba de determinar qué estrategia se podría elaborar para incidir de forma indirecta en el hallazgo de soluciones a las necesidades de los maestros en la enseñanza de la lectoescritura. En el proyecto se insistía en la conveniencia de llamar la atención sobre el niño que aprende a leer, y se entendía la enseñanza como un proceso y no como un dato. Tras la experiencia lectora se llegó a la conclusión de que no existen recetas para el trabajo con el texto literario, de manera que cada maestro debe construir sus propias herramientas didácticas que le permitan explorarse y explorar el ejercicio del hábito lector.