Tobias Jonathan Ansell Wolff (Birmingham, Alabama, EE. UU., 1945), escritor estadounidense de ficción y memorias, especialista en el relato breve y autor de novelas. Se halla adscrito a la corriente del llamado realismo sucio. Entre sus obras destacamos: Feos rumores (1975), novela; En el jardín de los mártires estadounidenses (1981), cuentos; Cazadores en la nieve (1981), cuentos; The Barracks Thief (1984), novela; De regreso al mundo (1985), cuentos; Vida de ese chico (1989), memorias; Los mejores cuentos americanos (1994), como editor; En el ejército del faraón (1994), memorias; La noche en cuestión (1997), cuentos; Old School (2003), novela; Aquí empieza nuestra historia (2008), relatos.
Aquí empieza nuestra historia, recopila veintiún cuentos publicados anteriormente, revisados y corregidos por el autor, y añade diez nuevos cuentos. Elegido por The New York Times como uno de los 100 libros más destacados de 2008, acaba de recibir el prestigioso Story Prize.
En esta recopilación hay cuentos sobre hermanos que no se llevan bien, una mujer que espía a sus vecinos;  jornadas de caza que no pueden salir bien por no llegar al entendimiento ya que partimos de la imposibilidad de entendernos a nosotros mismos; un soldado que suplanta la identidad de otro y al que comunican, no erróneamente, que su madre ha muerto; parejas que acaban rompiéndose durante un viaje; un hombre enfermo que en lugar de afrontar la realidad huye a través de una chica, un niño que vive una vida basada en mentiras … personajes que aunque están inmersos en circunstancias del diario no dejan de ser extraordinarias.  Personajes que nos harán conocer la vida cotidiana norteamericana. Wolff plasma en estos cuentos la realidad a pie de calle que todos los días nos encontramos en cualquier sitio, plasmadas como fotógrafo de almas que sabe transmitir en su más pura esencia. Plantea pregunta que nos llevarían toda una vida responder,  nos da razones de por qué mentimos, por qué nos obsesionamos, por qué tenemos ansiedad o inseguridad…. Agujeros negros de nuestra personalidad.
Relatos que muestran la estructura de los hilos tejidos entre las historias, los protagonistas lo son como tal pero necesitarán de los demás personajes para poder comprender el proceso en el que están inmersos. Estamos frente a una narrativa que emplea muchos materiales narrativos haciendo juego al mismo tiempo, al principio no vemos la relación entre los cuentos pero poco a poco se va vislumbrando esa relación.
Como dijo Wolff: “Como forma narrativa, el relato es perfecto para captar las sutilezas, las fracturas, el desarraigo propio de la vida norteamericana. También es la forma más cercana a lo que hacemos naturalmente cuando describimos nuestras experiencias: contamos historias breves. No contamos novelas, como no contamos poemas. Desde luego, el relato literario es muy diferente de la anécdota, pero, de alguna manera, se parece en la intención”.