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Martes, 22 Mayo 2012 20:25

Los días más felices. Rodrigo Hasbún

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Los días más felices. Rodrigo Hasbún
Rodrigo Hasbún (Cochabamba, 1981) escritor y guionista boliviano de descendencia palestina, elegido en 2010 por la revista británica Granta entre los 22 mejores escritores de lengua española menores de 35 años (El lugar de las pérdidas) junto con Coelho y Yushimito.
Los días más felices es una colección de 12 cuentos divididos en 3 secciones, en cada sección hay cuatro relatos que van tomando forma a medida que leemos. Los protagonistas son jóvenes que están en momentos críticos de su vida, en el salto de la adolescencia al ser adulto o a una etapa en la que tendrán que tomar decisiones transcendentales como dejar la casa, dejar de ser chicos para ser adultos responsables… La incertidumbre y la confusión son dos constantes en los personajes que vamos conociendo. Personajes que son parte de varias historias, pasan de una historia a otra con papeles diferentes: viejos, niños, adolescentes, jóvenes en sus inicios sexuales, en el amor, circunstancias que nos llevan al final de la vida, al dolor de envejecer.
En la primera parte los cuentos tratan de relaciones familiares: “Familia” donde se habla de la incapacidad de comunicación de un padre y una hija, “Larga distancia” donde la conversación es entorno a algo que el hijo no debería hacer y que por supuesto hace. También aparece la ausencia de los padres y el regreso a la casa.
En la segunda parte en los cuentos se involucran compañeros de estudios, romances entre compañeros, descubrimiento de nuevos intereses y amistad. El tiempo pasa desde el colegio, al viaje de estudios y la reunión de licenciados del colegio. Los temas son claros: el paso del tiempo, la madurez y la desilusión.
Y en la tercera parte se experimenta un poco con la estructura del cuento y se amplía el horizonte de los personajes. Encontramos relatos sobre la muerte y la huida para luego volver a las relaciones de pareja y familiares.
Hay historias de padres desorientados, de hijos perplejos, de vidas zarandeadas por los silencios y lo que se dice, palabras que se dicen y otras que se guardan… no todos los días son felices, pero todos están llenos de sustancia.
Hasbún utiliza un estilo narrativo que podría llamarse “la épica de lo mínimo”; un poco en reacción a los escritores latinos de la generación “boom”. En su criterio estético y quehacer literario está influido por la música, del “grunge” a compositores como Leonard Cohen o Micah P. Hinson, un tipo de artistas que “con tan poco logran tanto”; con afinidad con escritores como el mexicano Juan Rulfo, el peruano Julio Ramón Ribeyro, el uruguayo Juan Carlos Onetti o los argentinos Manuel Puig y Juan José Saer. Como él dice : “Esa es la “lógica creativa” a la que se siente afín Hasbún, la de músicos, pintores y cineastas que, dicen, “usan casi nada y aún así conmueven y desestabilizan”, la de aquellos cuya obra “respira un ritmo propio” y arriesgan”. Una literatura que sea “honesta, que incomode, que conmueva e involucre”, una serie de cualidades que encuentra visibles en la literatura norteamericana, con escritores que “trabajan su propia experiencia sin miedo y sin ningún pudor”.
Hasbún, forma parte de una generación de escritores hispanoamericanos que han cultivado la “necesidad de desmarcarse, de inaugurar espacios disímiles y de buscar donde sea”, e indica que ese rasgo generacional “parece ser un buen lugar de arranque, un ruido de fondo alentador”. En cualquier caso, dice, “en el empeño de seguir escribiendo, de persistir en la escritura, se adivina la tentativa de preservar nuestros días más felices o de acostumbrarse a la idea de morir”.

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