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Domingo, 01 Julio 2012 09:04

Estambul, ciudad y recuerdos. Orhan Pamuk

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Estambul, ciudad y recuerdos. Orhan Pamuk
Ferit Orhan Pamuk (Estambul, 7 de junio de 1952), Premio Nobel de Literatura en 2006. Su carrera como escritor se inició a finales de los años 70, y su primera novela se publicó en 1982, pero su obra comenzó a tener repercusión internacional con la novela El astrólogo y el sultán (1985) y alcanzó su consagración definitiva con Me llamo rojo (1998).
Según la Academia Sueca, el novelista, “en busca del alma melancólica de su ciudad natal, ha encontrado nuevos símbolos para reflejar el choque y la interconexión de las culturas”.
En esta obra nos presenta una ciudad europea que mira a Asia. Nos presenta su visión de la mítica ciudad, esa urbe cosmopolita que primero fue Bizancio, luego Constantinopla y más tarde Estambul.
Es un libro de memorias, desde su infancia y juventud, comienza hablando sobre su excéntrica familia, dónde vivían, sus reuniones…Habla sobre los edificios ruinosos y plagados de melancolía, estatuas valiosas, villas fantasmagóricas y callejuelas que invitan a su estudio y el río Bósforo como arteria de la ciudad plagado de antiguos palacios otomanos de madera. Este recorrido es melancólico, el autor sufre por un mundo que ha desaparecido para siempre, nos transmite la ansiedad por “lo nuevo” que no acaba de llegar y la tensión perpetua de hondas raíces islámicas.
Estambul, ciudad y recuerdos,es a la vez una  descripción minuciosa sobre la complejidad ideológica que caracteriza a la sociedad turca. La narración viene acompañada de fotos del autor en blanco y negro que nos trasladan a otra época, otros ritmos, otras mentalidades.  En estas fotos podemos ver el lado no turístico de la ciudad, nos lleva a los escenarios que marcaron su vida, los viejos barrios del centro, los puertos en el Bósforo, los recorridos en barco entre Europa y Asia; en definitiva, nos adentra en el “espíritu del lugar”. Ciudad en la que predomina la amargura, o tal como él dice: “Llega un momento en que, mires donde mires, la sensación de amargura se hace tan patente en la gente y en los paisajes como la bruma que comienza a moverse poco a poco en las aguas del Bósforo las frías noches de invierno cuando de repente sale el sol”.
 “Desde niño he creído que en algún lugar de Estambul, en una casa perdida, vivía un Orhan parecido a mí en todo, mi gemelo”. Con esta frase describe la contradicción de su conciencia, los dos mundos habitados por una sola cultura que es mezcla indiferenciada de dos visiones opuestas del mundo. Nos cuenta en detalle su etapa de pintor, usaba el piso vacío que la familia tenía para desarrollar su arte y desligarse un poco de su familia. En esa época estudiaba arquitectura que posteriormente dejó para dedicarse a escribir. Habla de su doble vida interior, su vida familiar según las costumbres, paseos dominicales… y su vida de adolescente que vaga por la ciudad haciendo fotografías, observando a la gente, lector obsesivo. Retrata en detalle a su familia, a un padre fracasado que desaparece por temporadas, a su madre resignada y no resignada a la vez, a sus tíos, su obsesión por su imaginado gemelo…
En resumen, una bellísima narración de la ciudad, creencias, tristezas, historia gloriosa, vestigios de riqueza y poder y de cómo la vive desde el punto de vista de un niño, un adolescente, un crítico de su país.

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