pasa desapercibida la magistral técnica literaria, la exactitud del vocabulario, la verosimilitud de las circunstancias, ante el sofoco que se va apoderando del lector, por lo que le está cayendo, te arrastra por el lodazal de la España picaresca. Una sociedad en plena descomposición política, moral, a la que una lluvia de acidez artística, deja desnuda, aunque todos se empeñen en verla galana y florida. Confundiéndonos en un mismo plano con la sociedad actual.