El gran escritor francés Alejandro Dumas (padre) (1802-1870) ha sido siempre uno de los novelistas más infravalorados por la crítica en la historia de la literatura universal. Y es que pocos escritores han sido tan leídos en vida y aún hoy dos siglos después de su muerte. Especializado en el género de los folletines históricos de aventuras que se iban publicando semanalmente por capítulos en diversos periódicos de la Francia de la época, pocos escritores en la historia han sido tan prolíficos como Dumas, capaz de estar enfrascado a la vez en la redacción de varios de estos folletines. Pero lo más importante de todo, pocos escritores en la historia de la literatura han sido capaces de producir en dos años consecutivos (1844-1845) dos obras consideradas centrales en el canon de la narrativa occidental, tal como hizo Dumas con su obra más conocida Los tres mosqueteros y con la más mítica El conde de Montecristo, que es la que aquí nos ocupa.
El conde de Montecristo cuenta la historia de Edmundo Dantés, un marino que pasa de estar en la cima de su felicidad, ya que está a punto de ser ascendido a capitán y casarse con su amada Mercedes, a verse preso de por vida en una cárcel de la que es imposible escapar, en el castillo de If. Y es que la felicidad a la que está a punto de acceder Dantés provoca la envidia y los celos de aquellos a los que este considera sus amigos: Danglars, que envidia su ascenso y Fernando, primo de Mercedes enamorado de ella y que por lo tanto tiene celos de Dantés. Ambos le tienden una trampa acusándolo injustamente de agente de Napoleón Bonaparte (desterrado ya en aquella época), de manera que Dantés lo perderá todo. Pero el destino hará que en el castillo de If Dantés conozca a un excéntrico personaje, el abate Faria, que no solamente le ayudará a escapar de la cárcel, sino que le transformará de un hombre bueno, pero pobre e ignorante en otro hombre completamente distinto: culto, refinado y sobre todo rico, gracias al tesoro escondido que el abate Faria le legará de manera póstuma. Será ya fuera de la cárcel cuando este nuevo Edmundo Dantés pueda llevar a término su elaborada venganza contra aquellos que le traicionaron…
Huelga decir que El conde de Montecristo es un icono de la cultura popular occidental, que ha sido objeto de innumerables adaptaciones televisivas y cinematográficas. Pero lo que tal vez no sepa tanta gente es que es una de las obras favoritas de un gran número de escritores importantes como por ejemplo Arturo Pérez-Reverte, que le hizo un memorable homenaje en La reina del sur, o Gabriel García Márquez, quien ha declarado en multitud de ocasiones su admiración por la novela y sobre todo por el feliz hallazgo del personaje del abate Faria, que permitió a Dumas solventar el problema de cómo hacer que un hombre que entraba en la cárcel pobre, ignorante y derrotado pudiese salir de ella rico, culto y victorioso…
Alejandro Dumas