Continuamos este lapsus veraniego en este caso con un libro de música, en concreto con un género tan poco prestigioso como es la biografía, o la autobiografía de un músico. Pero es que Eric Patrick Clapton (1945) no es un músico cualquiera, ni Clapton. La autobiografía (2007) es una biografía ligera. En ella uno de los músicos más influyentes, admirados y respetados del siglo XX nos acerca a los principales momentos de una vida que sabemos plagada de éxitos, pero de la que la mayor parte del público desconocía los numerosos momentos duros y en ocasiones ciertamente dramáticos.
Así en los primeros capítulos se nos presenta al Eric niño que tiene que ser criado por los abuelos por ser fruto de una relación ilegítima de su madre, soltera, con un soldado canadiense de los que estaban desplazados a Inglaterra durante la segunda guerra mundial. Pero es especialmente a partir de la adolescencia y primera juventud cuando la cosa se pone realmente interesante al empezar a dar muestras de un talento inusitado para la música, y en muy poco tiempo pasa de ser un completo desconocido a convertirse en el primer héroe de la guitarra y a verse por las paredes de Londres pintadas con el lema “Clapton es Dios”. A partir de ese momento el estatus de estrella indiscutible de la música (especialmente del blues y el rock) le lleva a codearse con los principales músicos de su época: Jimmy Hendrix, B. B. King, los Who, los Rolling, y especialmente con los Beatles, sobre todo con su guitarrista George Harrison, del que se haría íntimo amigo para el resto de su vida. Curiosamente uno de los platos fuertes del libro es la descripción del triángulo amatorio que se estableció entre ambos y la esposa del miembro de los Beatles, Patty Boyd, que estaba considerada una de las mujeres más bellas de la época (para entendernos, justo lo contrario a Yoko Ono…) y de la que Clapton se enamoró perdidamente hasta el punto de caer tres años en una profunda adicción a las drogas cuando ella rechazó sus avances. Pero el que la sigue la consigue y ya en los 70 Patty dejó a Harrison para casarse con Eric… con George asistiendo como invitado a la boda!!!
Otro de los puntos culminantes del libro y desde luego el más dramático es el de la trágica muerte en 1991 de Connor su hijo de cuatro años, que se precipitó al vacío desde un rascacielos de Nueva York y como eso sumió otra vez al músico en un profundo estado de tristeza y depresión del que saldría entre otras cosas gracias al éxito triunfal en 1992 de Unplugged disco que ganaría seis premiso Grammy y en el que estaba recogida Tears in heaven considerada una de las canciones más bellas de todos los tiempos.
Pero sobre todo lo mejor del libro es leer todo eso por boca del propio “Slowhand”, con ese sentido del humor irónico que le es propio. A diferencia de otros personajes famosos que aprovechan sus autobiografías para hacerse bombo a sí mismos, destacar sus logros y poner a caer de un burro a los compañeros de profesión buscando el morbo fácil, Clapton hace gala de una autocrítica feroz al echarse continuamente las culpas de todas las situaciones problemáticas que ha habido en su vida, y por el contrario siempre habla bien de todas la personas que aparecen en el libro. Con sólo dos excepciones: John Lennon, del que deja caer que era un tío raro (y creo que se queda bastante corto, la verdad…) y una amante que tuvo, de la que no dice nombre, pero que parece ser que era una trepa de mucho cuidado. Teniendo en cuenta, que aunque él no lo diga se sabe que se refiere a Carla Bruni, creo que el tiempo ha demostrado que también se queda bastante corto…
Eric Clapton