Esta semana traemos a esta sección un libro ciertamente atípico e inclasificable: La historia de San Michele (1929) del médico y escritor sueco Axel Munthe (1857-1949). Especie de autobiografía novelada, este libro supuso un tremendo éxito en su época en toda Europa y le reportó una inmensa fama a su autor. Y no es para menos.
El libro comienza con la primera visita de Munthe con apenas dieciocho años a la isla de Capri de la que se enamoraría de su belleza y vida sencilla, y decidiría construirse una casa y vivir allí la mayor parte de su vida. Pero antes de eso Munthe estudiaría medicina en Francia convirtiéndose en el médico más joven de Europa y en muy poco tiempo en el médico de moda, primero de la clase alta francesa y más tarde de la realeza europea. Pero lejos de gustarle esta vida de lujos, vemos como Munthe no desaprovecha ocasión para viajar a lugares remotos e inhospitos como Laponia y sobre todo para mostrar su carácter filantrópico atendiendo a los pacientes de los barrios más pobres que no tienen con qué pagarle e incluso desplazándose a Nápoles en mitad de una epidemia de cólera o a Mesina tras un terremoto para ayudar desinteresadamente.
Pero la narración de todo estos emocionantes hechos que en otro escritor darían para una auténtica novela de aventuras se convierten en manos de Munthe en una serie de reflexiones, por momentos profundas y emotivas y en otras ocasiones llenas de humor y ácida sátira social. El amor incondicional a los animales que muestra a lo largo de la obra, por ejemplo, es de una humanidad asombrosa, al igual que lo es su devoción por las gentes sencillas y la belleza y paz de “su” isla.
La historia de san Michele no es por tanto una obra para el que está buscando aventuras con ritmo trepidante en la narración, sino todo lo contrario, una obra para ser leída con tranquilidad, para degustar sus numerosas reflexiones y reflexionar con ellas. Una obra incluso diría yo ideal para el que está un poco deprimido o pesimista y está buscando algo que le haga volver a tener fe en el ser humano e ilusión por la vida. No en vano, al propio Munthe la redacción de este libro le sirvió para salir de una depresión en la que había entrado al quedarse casi ciego por aquella época con sólo 52 años, y en el final del libro parece estar esperando con paz de espíritu su propia muerte… sin embargo, Munthe recuperó la vista años más tarde gracias a una operación y vivió hasta los 92 años. Casi nada.
Axel Munthe