El asedio, publicada por Arturo Pérez-Reverte en 2010, es hasta la fecha su novela más ambiciosa. Y es que, después de veinticinco años de carrera literaria el novelista de Cartagena decidió hacer con esta novela una especie de auto homenaje al conjunto de su obra anterior, de manera que vuelven a aparecer los temas que más le obsesionan y sus lectores habituales pueden reconocer fácilmente diseminadas a lo largo de El asedio multitud de referencias a sus obras previas.
La trama básica de la novela trata acerca de una serie de misteriosos y atroces asesinatos de muchachas vírgenes que se están desarrollando en la ciudad de Cádiz en el periodo en que esta está siendo asediada por las tropas napoleónicas. Pero evidentemente El asedio es mucho más que una simple novela de detectives. A los largo de sus más de setecientas páginas la novela presenta una serie de personajes que protagonizan diferentes tramas que al final acaban cruzándose unas con otras: tenemos a un comisario de policía sin escrúpulos llamado Rogelio Tizón; a un teniente de artillería francesa, Simón Desfoseaux, al que sólo le importa que las bombas que lanza lleguen hasta Cádiz; a Lolita Palma, mujer de negocios respetada en Cádiz y a Pepe Lobo, el corsario con el que se asocia de mala gana; a un humilde guerrillero de las salinas llamado Felipe Mojarra.
Pero si esta novela es, como decimos, mucho más que una simple novela de detectives es precisamente porque no se limita a tratar de resolver el misterio de los asesinatos, sino que Pérez-Reverte aprovecha el escenario de fondo de la novela, esa Cádiz sitiada que es una España en miniatura, para mostrarnos una vez más una idea que ha repetido hasta la saciedad en numerosas entrevistas, que “somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos”. Así en la novela se habla de los interminables e infructuosos debates de las Cortes de Cádiz, de cómo esa ciudad pierde la primacía del comercio con las colonias americanas por la ineptitud de los gobernantes españoles, de cómo estos están sometidos a los deseos de otras potencias más poderosas económicamente, de lo informales y chapuceras que son las fuerzas militares españolas, de la corrupción policial y burocrática que lo inunda todo, de cómo se favorece a los que no dan ni golpe frente a los que se juegan la vida para sacar a sus familias adelante… etc, todos ellos, problemas que siguen muy vigentes en la España actual.
En definitiva, una novela de una arquitectura novelística muy complicada pero que la maestría de Pérez-Reverte convierte en fácil de leer y en apasionante de seguir. Y una obra además, con la que el autor parece haber querido cerrar un ciclo ya que las dos siguientes novelas que ha publicado El tango de la guardia vieja y El francotirador paciente, aun siendo novelas claramente revertianas parecen parte de un nuevo rumbo en la obra del autor de Cartagena.
Arturo Pérez-Reverte