Karina Amador Soriano*. Lilia Mercedes Alarcón Pérez**.
*Maestra en Educación Superior (BUAP). Docente de la Unidad Académica de Cozumel de la Universidad de Quintana Roo.
**Profesora-investigadora del Centro de Estudios Universitarios de la Facultad de Filosofia y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Pocos dudaran que el proceso de lectura es una actividad universal, donde el lector establece contacto con todo aquello que le rodea. Sin embargo, en el escenario de la globalización se pueden ver las desventajas o limitantes que se viven en torno a la lectura, sobre todo en aquellos países donde el panorama educativo es poco alentador, pues en ellos las posibilidades de acceder a una educación digna les da mínimas posibilidades de competir en áreas intelectuales y en el desarrollo de buenas y nuevas habilidades.
Desafortunadamente, México es uno de los países que, en las evaluaciones del año 2000, auspiciadas por organismos internacionales como la OCDE, la UNESCO, el Banco Mundial y la CEPAL, arrojan resultados que señalan que en los dominios de matemáticas, competencias científicas y de lectura, los estudiantes mexicanos (de nivel medio y superior) están muy lejos de alcanzar un nivel educativo del mundo desarrollado, y que una proporción no ha logrado el mínimo de compresión lectora esperada.
En la evaluación de 2003, en el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA), donde participaron 42 países, entre los que se encuentran México, España, Argentina, Chile, Brasil, Perú y Uruguay, nuevamente los resultados no favorecieron a México. Sin embargo, a partir de esos resultados, se ha comenzado a fomentar el gusto por la lectura y lo más importante, a obtener mejores resultados en todo el proceso (comprensión, análisis, organización, crítica, etc.).
Lo anterior nos permite abordar el tema de la lectura escolar, donde el estudiante es el principal protagonista. En nuestro estudio nos interesa hacer énfasis en el alumno universitario, pues es el más cercano a ejercer su profesión, por lo tanto consideramos que la actividad lectora es una de sus cartas de presentación.
La importancia de la lectura radica en que está ligada a otras áreas como la redacción de textos. Si, por ejemplo, necesitamos escribir un artículo, ensayo o análisis acerca de un tema, lo más indicado es que ya estemos familiarizados con los temas a abordar. La manera de leer un texto depende de experiencias previas y de cómo se adaptan a las nuevas exigencias de lectura.