Este equipo, formado por Rosa del Carmen Flores, de la Autónoma de México, y Juan Eugenio Jiménez y Eduardo García, de la Universidad de la Laguna, tras identificar un grupo de adolescentes de los llamados "pobres lectores" (decodifican el mensaje pero no logran una buena comprensión), realizó sobre ellos una serie de pruebas para tratar de determinar en qué procesos falla dicha comprensión.
Los procesos analizados a través de distintos módulos fueron la percepción del habla, la conciencia fonológica, el procesamiento ortográfico, el procesamiento sintáctico y la memoria de trabajo verbal, todos ellos imprescindibles para una correcta comprensión. El experimento combinó diversas variables y se basó en la comparación entre el grupo de pobres lectores y el de los llamados "normolectores" para trazar un perfil en los procesos cognoscitivos básicos de los primeros. A pesar de que hubo diferencias en varios procesos, el que presenta una distancia más relevante es el del procesamiento sintáctico y las operaciones relacionadas con estructuras gramaticales que permiten identificar temas y relaciones de conceptos.
Un estudio de este tipo realizado sobre una población mayor permitirá identificar mejor a los lectores de este perfil y entrenarlos para superar las carencias que muestran.